Cómo repercute el exceso de ejercicio físico al cerebro

Así como hay personas que pagan un gimnasio que nunca pisan, otras se obsesionan de tal manera con el deporte que, en casos extremos, pueden acabar incluso lesionándose o sufriendo ansiedad o depresión (entre muchas otras afecciones).

Realizar ejercicio físico de manera moderada es un bálsamo no sólo para mejorar tu salud física, sino también tu salud mental y emocional. Entre muchas otras cosas:

– Aumenta el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), es decir, aumenta la plasticidad neuronal y la formación de nuevas neuronas en tu cerebro.

– Aumenta nuestra capacidad de memoria y de aprendizaje.

– Aumenta la vascularización cerebral, es decir, el riego sanguíneo en el cerebro. Esto hace que nuestras neuronas estén más felices, ya que reciben más oxígeno y nutrientes.

– Aumenta neurotransmisores como las endorfinas, serotonina y dopamina, que mejoran significativamente el estado de ánimo.

– Reduce la ansiedad y la depresión.

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Peeeeeero, si te pasas con el ejercicio físico entonces aparecen repercusiones en nuestra salud física y mental.

¿Cómo saber si estoy enganchada al ejercicio físico?

Te doy algunas pistas, a ver si te sientes identificada/o:

•            Da igual el ejercicio que hagas, siempre sientes que no estás haciendo suficiente.

•            Sigues entrenando, aunque tengas una lesión. No concibes hacer un parón para descansar.

•            Experimentas el síndrome de abstinencia cuando no te ejercitas.

•            Renuncias continuamente a todos los planes con tal de poder entrenar.

La ACSM recomienda de 150-300 min de ejercicio moderado a la semana (al menos 20 min de movimiento al día o 30 min durante 5 días a la semana), o bien, puedes hacer de 75-150 min de ejercicio intenso a la semana. Hay personas que llegan a entrenar de manera intensa diariamente ignorando que esto puede ser contraproducente para nuestro cuerpo y para nuestro cerebro.

A nivel físico, el exceso de ejercicio produce un deterioro. Las lesiones más comunes son las microfracturas o esguinces. También se acelera el envejecimiento celular y muchas veces se da un debilitamiento del sistema inmune. También pueden aparecer patologías cardiacas o problemas en las articulaciones.

A nivel mental, se ha visto que el exceso de ejercicio muchas veces viene acompañado de un cuadro de trastorno alimentario como bulimia o anorexia. Hay quien se mata en el gimnasio para quemar calorías y perder peso de forma enfermiza.

Algunos investigadores sugieren, incluso, que la adicción al ejercicio casi siempre va aparejada a otro trastorno: el trastorno dismórfico corporal. Es decir, tener una gran obsesión por cualquier imperfección física. Estar todo el tiempo observándose uno o más defectos percibidos en la apariencia empuja a la persona a querer lograr una perfección a través de ejercitar el cuerpo que normalmente nunca llega a lograrse, y que lo único que causa es frustración , baja autoestima y ansiedad.

Es bastante común que personas que sufren TOC (trastorno obsesivo compulsivo) tengan mayor predisposición a sufrir esta adicción igual que a sufrir desórdenes alimenticios.

También personas que sufren ansiedad tienden a evitar relacionarse con otras personas a través de ocupar sus agendas con eventos “impersonales” como es el realizar ejercicio físico. El problema es que si acabo basando mis días solamente en trabajar e ir al gimnasio, notaré que falta algo en mi vida. Este vacío interior aumentará mi ansiedad y muchas veces puede llevarte también a una depresión.

Por último, se ha visto que el sobreentrenamiento físico puede causar fatiga mental. En este estudio se vio cómo ejercitar demasiado el cuerpo reduce la actividad de la corteza prefrontal (normalmente asociada con la parte “racional” del cerebro, clave para la toma de decisiones y otras funciones ejecutivas). El estudio concluyó que personas adicionadas al ejercicio físico se vuelven más impulsivas y toman peores decisiones. También se ha visto que a veces incluso este exceso físico junto con la fatiga mental que comporta puede repercutir al sueño, provocando insomnio, debido al desajuste que se produce en el ciclo de temperatura del cuerpo y los altos niveles de adrenalina.

Para tratar esta adicción se recomienda principalmente terapia cognitiva conductual, sobre todo cuando se trata del síntoma principal, aunque los estudios al respecto aún son muy limitados. También es aconsejable propiciar mucho el descanso, recuerda que al hacer ejercicio la mente también se somete a un gran esfuerzo y esta fatiga puede impedir que la persona descanse correctamente.

También es muy importante llevar una buena alimentación. Si se realiza ejercicio intenso es importante sobre todo una dieta más calórica y rica en hierro, ya que muchas veces se producen desordenes hormonales que pueden llevar a la amenorrea en caso de las mujeres, o a anemia. Una buena dieta para deportistas es aquella que contiene suficientes hidratos de carbono, grasas esenciales y proteínas, así como, rica en micronutrientes y agua, para poder atenuar la acción estresante que causa el ejercicio físico.

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Un abrazo,

Sara

Referencias:

Blain, B., Schmit, C., Aubry, A., Hausswirth, C., Le Meur, Y., & Pessiglione, M. (2019). Neuro-computational impact of physical training overload on economic decision-making. Current Biology, 29(19), 3289-3297.

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Driver, H.S. y Taylor, S.R. (2000). Exercise and sleep. Sleep Medicine Reviews, 4(4), 387-402.

TROTT, Mike, et al. A comparative meta-analysis of the prevalence of exercise addiction in adults with and without indicated eating disorders. Eating and Weight Disorders-Studies on Anorexia, Bulimia and Obesity, 2021, vol. 26, p. 37-46.

Howard TM, O’Connor FG. Overtraining. In: Madden CC, Putukian M, McCarty EC, Young CC, eds.. Netter’s Sports Medicine. 3rd ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2023:chap 28.

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Sara Teller