La práctica de Yoga, como actividad física realizada de forma habitual, tiene muchísimos beneficios, que van más allá del hecho de mejorar tu sistema cardiovascular, quemar calorías, reducir grasa o mantener la masa muscular.
Aquí no quiero explicarte todos los beneficios a nivel corporal (que seguro que muchos ya los sabes) sino que en concreto quiero comentarte los que son a nivel cerebral (vistos hasta hoy científicamente). Muchos de los cuales afectan a tu estado de ánimo.
Como sabes la práctica de Yoga no sólo está compuesta por la parte de realización de las posturas (asanas) sino también puede englobar una parte de respiración controlada (pranayama), otra de meditación y una de relajación profunda.
Este gran combo hace que el Yoga aporte no sólo los beneficios compartidos con cualquier otra práctica física sino que también se sumen los beneficios adquiridos de practicar una respiración (abdominal o diafragmática) profunda y los aportados por la meditación [Ross et al. 2010].
A continuación te englobo en cuatro puntos todos los beneficios que experimenta tu cerebro cuando practicas Yoga:
- Favorece estados de ánimo más positivos
- Igual que cualquier actividad física activa la producción de endorfinas (neurotransmisores que inducen sensaciones de bienestar y placer, y que disminuyen, además, la sensación de dolor). [Suri et al. 2017] [Tolahunase et al. 2017]
- Se libera dopamina, un neurotransmisor que te hace sentir motivada y con ganas.
- También se libera serotonina otro neurotransmisor conocido como “la hormona de la felicidad”, ya que cuando se libera sientes bienestar y felicidad. Estas sustancias están implicadas en la regulación de varios factores entre ellos de las emociones, promoviendo estados mentales más positivos (Metha et al. 2010), (Telles et al. 2012) (Rameswar et al. 2014). Reducen la ansiedad y la depresión (Uebelacke et al. 2010),(Shohani et al. 2018) (da Silva et al. 2009; Pilkington et al. 2005).
- Libera oxitocina, que te ayuda a sentirte más relajado/a, querido/a y preparado/a para gestionar mejor cualquier situación estresante que se te presente (Jayaram,N. et al. 2013), (Urvakhsh, M. et al. 2012), (Gangadhar,N. & Varambally, S., 2012).
- Reduce el estrés, la ansiedad y la depresión:
- Activa el sistema nervioso parasimpático (el de la relajación) disminuyendo el cortisol (la hormona del estrés) (Gangadhar et al., 2000, Granath et al., 2006, Michalsen et al., 2005, West et al., 2004) (Brown and Gerbarg 2005a, Riley et al. 2004). Todo esto hace reducir el estrés, la ansiedad y la depresión (Javnbakht et al. 2009), (Thirthalli et al. 2013), (Vedamurthachar et al. 2006), (Varambally and Gangadhar, 2012), (Tolahunase et al. 2017).
- Aumenta los niveles de GABA, un neurotransmisor que está implicado en los trastornos de ansiedad y la depresión gracias a este aumento hace que se calme la actividad cerebral. (Streeter et al. 2007) (Streeter et al, 2020).
- Ralentiza el envejecimiento del cerebro y aumenta la plasticidad neuronal
- Se crean nuevas conexiones en las redes neuronales (Eyre et al. 2016), (Madhusmita et al. 2018),(Villemure, C. et al. 2015). Incluso ayuda a la generación de nuevas neuronas, ya que se incrementa el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), una proteína que controla el crecimiento de nuevas neuronas (neurogénesis) y la cognición (Rameswar et al. 2014), (Xiong and Doraiswamy 2009), (Tolahunase et al. 2017).
- Mejora la capacidad de concentración y la memoria:
- Aumenta los volúmenes del hipocampo y de la corteza prefrontal. Así pues, se mejora tanto la memoria, la concentración como la capacidad de aprendizaje y racionalización (Garner et al. 2019) , (Hernandez et al. 2016) , (Rui et al. 2017), (Desai et al. 2015), (Gotink et al. 2018), (Gothe et al. 2018).
- Como ejercicio físico mejora la capacidad de concentración (Colcombe et al. 2004), la memoria a largo plazo (Labban et al. 2011) y la flexibilidad cognitiva (la capacidad que tenemos de poder pasar de una tarea a otra) (Masley et al. 2009).
Aunque todos estos estudios apoyan que el Yoga modifica tu cerebro de una forma muy positiva tengo que decir muchos de estos estudios puntualiza que los ensayos clínicos realizados tienen «limitaciones metodológicas» o son demasiado pequeños, de corta duración y demasiado heterogéneos, lo que aún tendremos que esperar un tiempo hasta saber de manera segura todos los beneficios del Yoga..
Igualmente te invito a que seas tú mismo/a tu propio investigador/a, y que compruebes escuchando tu propio cuerpo el gran poder de esta práctica milenaria.
Si quieres saber más te recomiendo apuntarte a mi curso «Neurociencia del Yoga». Un curso online que puedes hacer en directo o en diferido. 😉
De forma gratuita también puedes apuntarte a mi Newsletter y seguir aprendiendo mucho más sobre cómo funciona tu cerebro y tu cuerpo, de manera fácil y a la vez inspiradora, para qué puedas empezar desde ya a soltar miedos y a saber cómo cuidarte mejor.
¡Un abrazo!
Sara Teller