El Yoga no sólo transforma tu estado físico y emocional, si no que también produce efectos a nivel cognitivo (Zhang et al. , 2018, Farhang et al. , 2019). Algunos de estos estudios son preliminares pero apuntan hacia efectos muy interesantes.
En un estudio vieron como los yoguis mostraban menor actividad en la corteza prefrontal dorsolateral (involucrada en la memoria, el lenguaje, la planificación y otras funciones ejecutivas) en comparación con los casos control (Gothe et al. , 2018). Este resultado se interpretó como que un yogui experto necesita menos recursos para completar la misma tarea que alguien no yogui.
Este mismo laboratorio mostró en 2019 un efecto positivo en partes del cerebro involucradas en el reconocimiento, valoración y regulación de las emociones, cuando se practica Yoga de manera regular. Incluso vieron como la red neuronal por defecto se ve transformada.
Un estudio publicado en Cerebral Cortex mostró un aumento en el volumen de la materia gris de la ínsula de maestros yoguis (Villemure, 2014). La ínsula juega un papel clave en la representación de las sensaciones o estados interoceptivos. En concreto, este estudio anunciaba que los yoguis expertos toleran mejor el dolor (gracias a este aumento de la ínsula).
También se ha visto que tanto el Yoga como el Qigong producen ondas alfa y theta en el cerebro (Boaventura, 2022):
- Las ondas alfa inhiben las distracciones en el cerebro, consiguiendo que te sea más fácil prestar atención a la tarea que estés realizando.
- Las ondas theta crean un estado relajado de la mente.
El Yoga modifica nuestro cerebro a nivel estructural y funcional, mejorando principalmente: la atención, la memoria y la autoregulación emocional .
El Yoga también cambia la neuroquímica de nuestro cerebro. Se libera el cuarteto de la felicidad: dopamina, oxitocina, endorfinas y serotonina.
Quizás pensabas que el Yoga servía sólo para relajarse, volverse más flexible o más espiritual. Pues ya ves que no. El Yoga influye a muchos otros niveles. El Yoga te transforma a nivel físico, emocional y también mental (aunque todo está interrelacionado).
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Un abrazo,
Sara